Arcenillas, Macarena Mariela

RECORRIDO ANUAL
PRIMER CUATRIMESTRE
DESARROLLO TEÓRICO Y FUNDAMENTACIÓN
Tema:
“Lo textil en la era tecno digital”
Proyecto: “Por la trama”
Introducción

En esta era tecno digital, donde lo real y lo virtual se entrecruzan constantemente, nuestra concepción del mundo ya no puede ser entendida si no es sobre la base de las interconexiones y atravesamientos que en ella se producen. Habitamos esta multiplicidad de redes interconectadas, donde todo son filamentos y conexiones de múltiples direcciones, nos propone la necesidad de preservar y desarrollar las tecno diversidades ya que las diferencias en el desarrollo tecnológico marcan en gran medida las fronteras de las diferencias culturales y de poder.

Para ello propongo repensar el lugar que ocupa la materialidad en la era tecno digital a través de los modos textiles.

Para ello, y teniendo en cuenta que los textiles encierran la clave de todo un desarrollo tecnológico digital que empieza a gestarse con la Primera Revolución Industrial, comenzare realizando un recorrido socio histórico que tratará de explicar cómo los modos textiles se relacionan con la tecnología digital para, luego tratar las interrelaciones que se dan entre ellos en el proyecto.


Hoy en día podemos entender nuestro complejo mundo como una multiplicidad de redes interconectadas, donde ya no hay centro ni continuidades, sino flujos, velocidades y conexiones multidireccionales, es porque, en parte, los modos textiles han evolucionado de manera paralela a las sociedades en las que se han desarrollado. De hecho el origen del capitalismo digital encuentra sus raíces en los inicios de la industrialización textil, cuando en 1804 Joseph Marie Jacquard convierte el telar manual en una máquina binaria programable.

Desde entonces, los textiles han atravesado aquella primera modernidad siguiendo un modelo industrial de fabricación, hasta llegar a nosotros en forma de modelo tecnológico digital, propio de las sociedades red o sociedades de control en las que nos hallamos instalados hoy en día. Así los tipos de máquinas se corresponden fácilmente con cada tipo de sociedad, pero no porque las máquinas sean determinantes, sino porque expresan aquellas formas sociales capaces de generarlas y utilizarlas (cultura monotecnológica)

A través de los modos textiles, podemos entender ese paso del telar al ordenador, trazando así una línea conectiva entre el capitalismo industrial y el capitalismo digital a través de la evolución del software; en un primer momento, en forma de tarjetas perforadas, empleadas en el telar Jacquard durante la era industrial y, posteriormente, en forma de programa informático. No obstante, y a pesar de esta primera aproximación, los textiles no pueden ser reducidos a un código binario. Su materialidad, sus procesos de construcción y su evolución a lo largo del tiempo, forman parte de una historia social y cultural y también política como económica.

Si nos remontamos a los orígenes de la humanidad, hemos desarrollado diferentes técnicas que han contribuido a nuestra evolución facilitado nuestra existencia en el mundo. Así, la técnica de hacer fuego nos ha permitido cocinar, fundir e industrializar; las técnicas textiles han posibilitado la fabricación de prendas y todo tipo de artefactos blandos; las técnicas de información y comunicación han propiciado el desarrollo de la escritura, etc. Todo ello nos hace comprender que la tecnología antropológicamente es universal, pero es condicionada por particularidades geográficas, culturales, políticas, etc. Es necesario reflexionar en el mundo que hoy vivimos el poder trasformador de la heterogeneidad.

En ende, la tecnología no debe ser pensada como algo externo y extraño a lo humano, sino como una de las características más definitorias de lo humano. De manera que, partiendo de la idea de que la tejeduría (que es una de las primeras tecnologías humanas) inicialmente se habría desarrollado por medio de un proceso conectivo manual, y, en un segundo momento, mediante la creación de patrones alternos de lo que se deduce un pensamiento lógico-matemático. Entre lo textil y lo tecnológico existe una relación epistemológica, ya que el origen de lo digital se encuentra íntimamente ligado a nuestra propia corporalidad como seres dotados de dígitos (dedos), con los que hemos empezado a tejer y a computar, y desde donde podemos trazar una línea conectiva con la red digital actual.

Una cuestión que se pone de manifiesto si atendemos a la propia etimología del término digital, el cual proviene del latín “digitus”, que significa “dedo”, al mismo tiempo hace referencia a su sentido matemático, que es “puede ser expresado en cifras, o sea, contable”. De ahí que el término “contable” (del latín “computabĭlis”) se vincule con el término “computación” (del latín “computare”), en su sentido de contar o calcular algo con números, de manera que se relaciona conceptualmente con el pensamiento.

Esto nos da las claves para plantear y repensar la tecnología digital en términos materiales, donde textiles y computación se ponen en relación. Es por ello por lo que gran parte del vocabulario tecnológico digital proviene de conceptos relacionales tomados de la tejeduría, tales como net (“red”), web (“red, telaraña, malla”), link (“vínculo”).

Hay una cuestión interesante acerca de la relación entre lo digital y lo textil, y es acerca del origen de la palabra inglesa “software”, formada por “soft” (suave) y “ware” (utensilios, objetos), alude a esa facultad blanda, flexible y modulable tan característica de los tejidos. Del mismo modo que hace referencia a la capacidad de los textiles para operar como código y lenguaje, es decir, como estructura lógica formal. Por lo que el término remite a un tipo de pensamiento que es tan flexible como estructurado. El concepto “software” se define como un conjunto de instrucciones de programa detalladas que controlan y coordinan los componentes hardware de una computadora, al igual que controlan las operaciones de un sistema informático. De esta manera que este puede ser desarrollado mediante distintos lenguajes de programación, los cuales están constituidos por un conjunto de reglas sintácticas (lenguaje de programación) permite especificar sobre qué datos se debe operar, al mismo tiempo que permite la comunicación entre usuario y máquina. Lo que sitúa al software, simultáneamente, como interfaz y lenguaje. Una doble condición que nos remite, por un lado, al origen textil del código y, por otro, nos muestra el algoritmo desde su lógica procesual. De este modo, teniendo en cuenta que el código binario empleado en el telar Jacquard fue lo que permitió que se pudiera programar en computación, cuando hablamos del tejido debemos entender que nos estamos refiriendo a un proceso, más que a un resultado o a un objeto.

Por ello considero que mediante este procesamiento compartido entre textiles y computación, el tejido puede ser interpretado como software y el software, a su vez, como tejido.


A su vez cuando pensamos en textiles podemos determinar que cada uno de ellos le corresponde un mundo, un imaginario cultural. La arpillera es una pieza textil gruesa y áspera fabricada con diversos tipos de estopa. La estopa es uno de los productos residuales de peinar las fibras de cáñamo y de otros materiales naturales, como el lino. La tela de arpillera es uno de los textiles más versátiles. Los usos que tiene son variados, es un material ecológico y biodegradable, ya que está compuesto de fibras naturales extraídas de la planta de yute. La tela de arpillera se fabrica con hilos que se entrecruzan horizontal y verticalmente, generando un tejido más o menos cerrado, generando una composición ortogonal muy visible. Su textura táctil es áspera por lo que no se lo utiliza para la vestimenta.

Fundamentación del proyecto
“Por la trama” se propone en un sentido instalativo, donde un textil de yute colgante se sitúa en paralelo a la pared opuesta a la entrada del espectador, (dejando un espacio entre la pared y el textil), el mismo posee una dimensión diez veces mayor al espectador para que este se sitúe diminuto ante él, también posee agujeros, tajos que rompen esa estructura ortogonal del textil sano, sin intervención. Esos orificios están levemente cocidos con un hilo de color distinto al textil, intentando pero no logrando que esos agujeros se cierren. También en algunos sectores el entramado suele verse perturbado, observándose como la curva vence a la ortogonalidad propia del textil utilizado. En la pared opuesta al textil se sitúa el proyector, proyectándose un video en el textil anteriormente mencionado. Este video posee tres características intencionales, una de ellas es la intermitencia de la imagen; la paleta monocromática; y las composiciones simétricas, geométricas, y ortogonales.

El plano donde se proyecta el video es el textil, y por sus orificios, sus grietas pasa el video proyectado sin filtros, mientras que en otros sectores es filtrada por el textil, observándose dos videos proyectados en diferentes planos, uno el textil, y otro la pared.

El textil se encuentra quieto, sedentario, inmóvil, mientras que el video es intermitente, por momentos hasta hipnótico, repetitivo, y rápido. Una oposición que intenta poner al espectador frente a esta relación. El textil es y será condicionado más por el paso del tiempo, que el video proyectado.

El proyecto nos permite comprender cómo se entreteje nuestra compleja realidad en donde lo textil y lo tecnológico se vincula desde la materialidad y procesualidad sino también el carácter vincular, táctil y sensorial de los textiles, el cual va más allá de la lógica tecnológica binaria. De este modo, se ha puesto de manifiesto cómo los modos textiles encierran dos formas de operar que, atravesándose la una a la otra, la una en la otra, generan una nueva articulación que, desde el territorio del arte, se plantea como un movimiento diagonal que anula la dialéctica entre lo liso y lo estriado, entre lo soft y lo hard, entre lo nómada y lo sedentario abriendo una línea transversal. Una línea que plantee de qué manera está trabajando el arte en la cultura de la red, y de cómo el arte, como línea transversal, atraviesa esa red. Por todo ello, puedo concluir que los modos textiles no solo resultan relevantes para repensar la cuestión de la materialidad en la era tecno digital actual, sino que, además, ellos mismos son expresión del complejo entramado analógico-digital que habitamos.


EL PROYECTO TIENE COMO EJE PRINCIPAL TRABAJAR ACERCA DEL IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN EL TRABAJO MANUAL TEXTIL. EL PROCESO CREATIVO TIENE DOS INSTANCIAS CLAVES, UNA DE ELLAS ES TRABAJAR CON INTELIGENCIA ARTIFICIAL CREANDO RETRATOS DE ROBOTS EN DONDE SE ENFATICE LOS CABLES, COMO UN
PARALELO A LOS HILOS Y A LA ARTESANÍA TEXTIL. Y LA SEGUNDA INSTANCIA SERÁ TRABAJO PURAMENTE MANUAL.
ESTE RETRATO SE LO DIVIDIRÁ EN DOS PARTES, UNA DE ELLAS ESTRARÁ IMPRESO Y/O PROYECTADO, Y LA OTRA MITAD ESTARÁ REALIZADO CON HILOS DE DISTINTAS TONALIDADES, UTILIZANDO HILOGRAMA, COSTURAS, TEJIDO CROCHET Y MACRAMÉ.

Descripción del proyecto:
Se proyectara en una pared de color blanco la imagen seleccionada y creada por Inteligencia Artificial, estas son imágenes de robots algunas poseen el formato de retrato en primer plano y otras son imágenes de robots de cuerpo entero. Esta proyección será un video en donde esta imagen se valla modificando, haciéndole zoom y agregándole algunos efectos (video en proceso). Este video mostrará solamente una parte del robots, una sola mitad. La otra mitad será realizada de manera manual, de manera artesanal. En esta parte se compondrá de entramados con hilos de diferentes colores y grosores, empleando diferentes técnicas de trabajo textil, como hilograma, macramé, crochet. Esta parte conformada con hilos se realizará en la pared pero también caerán al piso ocupando más lugar en el espacio.
Las imágenes seleccionadas creadas por IA y editadas por Photoshop (edición en progreso) fueron categorizadas en tres grupos.
Un grupo de imágenes son robots en donde los cables de color rojo llaman la atención y se relacionan con la sangre, las venas. En esta composición pienso utilizar la técnica de hilograma y la costura con aguja con hilos de color rojo.
Otro grupo de imágenes de robots tiende a relacionarse por los colores destacados con la vegetación, con el musgo, con las hojas, raíces. Aquí la idea es trabajar con crochet y formar volúmenes similares al musgo.
Y por último un grupo de imágenes se relaciona con las piedras, con las tonalidades grises, aquí el tejido será formando volúmenes imitando piedras.

Textiles electrónicos

En el mundo textil hace años empezaron a incorporarse componentes tecnológicos; algunos con claras aplicaciones prácticas (ropa que repele manchas, tejidos que regulan la temperatura, etc.) y otros meramente estéticos, como unos zapatos que cambian de color por bluetooh. Partiendo del concepto de COMPUTACIÓN UBICUA, en la que la informática aparece en cualquier momento y lugar. A diferencia de la computación de escritorio , la computación ubicua puede ocurrir utilizando cualquier dispositivo, en cualquier ubicación y en cualquier formato. Un usuario interactúa con la computadora, que puede existir en muchas formas diferentes, incluidas computadoras portátiles , tabletas , teléfonos inteligentes y terminales en objetos cotidianos, como un refrigeradorun par de anteojos. Las tecnologías subyacentes para respaldar la computación ubicua incluyen Internet, middleware avanzado , sistema operativo , código móvil , sensores , microprocesadores , y de usuario , redes informáticas , protocolos móviles, ubicación y posicionamiento, y nuevos materiales.

Pensemos por un momento en el huso: una antigua herramienta para generar hilados por torsión de fibras vegetales y animales, que luego dieron lugar a prendas más complejas gracias al telar. El huso y el telar, dos de los inventos más revolucionarios del Neolítico, dan cuenta de que la tecnología siempre estuvo presente. Desde una simple trenza hasta la trama más intrincada, el arte del tejido obedece a un conjunto de reglas ordenadas y definidas. Es asombroso que toda la tecnología de cómputo que hoy conocemos esté de algún modo ligada a los telares tradicionales. En esta era tecnodigital, donde lo real y lo virtual, lo biológico y lo social, lo analógico y lo digital se entrecruzan constantemente, nuestra concepción del mundo ya no puede ser entendida si no es sobre la base de las interconexiones y atravesamientos que en ella se producen.

Habitando esta multiplicidad de redes interconectadas, donde todo son filamentos y conexiones de múltiples direcciones, me propongo repensar el lugar que ocupa la materialidad en la era tecnodigital a través de los modos textiles. Para ello, y teniendo en cuenta que los textiles encierran la clave de todo un desarrollo tecnológico digital.

Hoy en día podemos entender nuestro complejo mundo como una multiplicidad de redes interconectadas, donde ya no hay centro ni continuidades, sino flujos, velocidades y conexiones, es porque, en parte, los modos textiles han evolucionado de manera paralela a las sociedades en las que se han desarrollado. De hecho, como veremos, el origen del capitalismo digital encuentra sus raíces en los inicios de la industrialización textil, cuando en 1804 Joseph Marie Jacquard convierte el telar manual en una máquina binaria programable.

Su materialidad, sus procesos de construcción y su evolución a lo largo del tiempo nos indican que forman parte de una historia que es tan social como cultural, tan política como económica. Los modos textiles se ponen en relación con la tecnología digital desde su codificación procesual material y, por otra, cómo se relacionan con las formas sociales y culturales, y de manera específica con el arte.

Así, la técnica de hacer fuego nos ha permitido cocinar, fundir e industrializar; las técnicas textiles han posibilitado la fabricación de prendas, tiendas y todo tipo de artefactos blandos; las técnicas de información y comunicación han propiciado el desarrollo de la escritura, etc. Todo ello nos hace comprender que «el mundo humano de entrada es un mundo técnico». En consecuencia, la tecnología no debe ser pensada como algo externo y extraño a lo humano, como si fuese una entidad independiente que actuase por su propia cuenta, sino, precisamente, como una de las características más definitorias de lo humano.

Reconsiderar la relación entre textiles y tecnología digital desde su materialidad.

Pues, a pesar de los numerosos enfoques que inciden en lo intangible e inmaterial de la tecnología digital, donde digitalización y materialidad se sitúan como categorías conceptualmente distintas, es importante tener en cuenta que el origen de lo digital se encuentra íntimamente ligado a nuestra propia corporalidad como seres dotados de dígitos (dedos), con los que hemos empezado a tejer y a computar, y desde donde podemos trazar una línea conectiva con la red digital actual. Una cuestión que se pone de manifiesto si atendemos a la propia etimología del término digital, el cual proviene del latín digitus, que significa ‘dedo’, al mismo tiempo que hace referencia a su sentido matemático, que es «susceptible de ser expresado en cifras, o sea, contable»

Es por ello por lo que gran parte del vocabulario tecnológico digital proviene de conceptos relacionales tomados de la tejeduría, tales como net (‘red’), web (‘red, telaraña, malla’), link (‘vínculo’), interfaz, código, diagrama, patrón o textura.

Junio 2023

En esta era tecno digital, donde lo real y lo virtual se entrecruzan constantemente, nuestra concepción del mundo ya no puede ser entendida si no es sobre la base de las interconexiones y atravesamientos que en ella se producen. Habitamos esta multiplicidad de redes interconectadas, donde todo son filamentos y conexiones de múltiples direcciones, nos propone la necesidad de preservar y desarrollar las tecno diversidades ya que las diferencias en el desarrollo tecnológico marcan en gran medida las fronteras de las diferencias culturales y de poder.
Para ello propongo repensar el lugar que ocupa la materialidad en la era tecno digital a través de los modos textiles.
A su vez cuando pensamos en textiles podemos determinar que cada uno de ellos le corresponde un mundo, un imaginario cultural. La arpillera es una pieza textil gruesa y áspera fabricada con diversos tipos de estopa. La estopa es uno de los productos residuales de peinar las fibras de cáñamo y de otros materiales naturales, como el lino. La tela de arpillera es uno de los textiles más versátiles. Los usos que tiene son variados, es un material ecológico y biodegradable, ya que está compuesto de fibras naturales extraídas de la planta de yute. La tela de arpillera se fabrica con hilos que se entrecruzan horizontal y verticalmente, generando un tejido más o menos cerrado, generando una composición ortogonal muy visible. Su textura táctil es áspera por lo que no se lo utiliza para la vestimenta.
“Por la trama” se propone en un sentido instalativo, donde un textil de yute colgante se sitúa en paralelo a la pared opuesta a la entrada del espectador, (dejando un espacio entre la pared y el textil), el mismo posee una dimensión diez veces mayor al espectador para que este se sitúe diminuto ante él, también posee agujeros, tajos que rompen esa estructura ortogonal del textil sano, sin intervención. Esos orificios están levemente cocidos con un hilo de color distinto al textil, intentando pero no logrando que esos agujeros se cierren. También en algunos sectores el entramado suele verse perturbado, observándose como la curva vence a la ortogonalidad propia del textil utilizado. En la pared opuesta al textil se sitúa el proyector, proyectándose un video en el textil anteriormente mencionado. Este video posee tres características intencionales, una de ellas es la intermitencia de la imagen; la paleta monocromática; y las composiciones simétricas, geométricas, y ortogonales.
El plano donde se proyecta el video es el textil, y por sus orificios, sus grietas pasa el video proyectado sin filtros, mientras que en otros sectores es filtrada por el textil, observándose dos videos proyectados en diferentes planos, uno el textil, y otro la pared.
El textil se encuentra quieto, sedentario, inmóvil, mientras que el video es intermitente, por momentos hasta hipnótico, repetitivo, y rápido. Una oposición que intenta poner al espectador frente a esta relación. El textil es y será condicionado más por el paso del tiempo, que el video proyectado.
El proyecto nos permite comprender cómo se entreteje nuestra compleja realidad en donde lo textil y lo tecnológico se vincula desde lo materialidad y procesual sino también el carácter vincular, táctil y sensorial de los textiles, el cual va más allá de la lógica tecnológica binaria. De este modo, se ha puesto de manifiesto cómo los modos textiles encierran dos formas de operar que, atravesándose la una a la otra, la una en la otra, generan una nueva articulación que, desde el territorio del arte, se plantea como un movimiento diagonal que anula la dialéctica entre lo liso y lo estriado, entre lo soft y lo hard, entre lo nómada y lo sedentario abriendo una línea transversal. Una línea que plantee de qué manera está trabajando el arte en la cultura de la red, y de cómo el arte, como línea transversal, atraviesa esa red. Por todo ello, puedo concluir que los modos textiles no solo resultan relevantes para repensar la cuestión de la materialidad en la era tecno digital actual, sino que, además, ellos mismos son expresión del complejo entramado analógico-digital que habitamos.